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lunes, 9 de enero de 2012

Para vivir en la tribu sin terminar comido en "la olla".



Roxi, del blog Padres Primerizos, que os recomiendo, expresa su malestar y sus dudas en el artículo que podéis leer aquí: No sé vivir en la tribu.

Ésta es la respuesta que le he dado como profesional:


Hola! Estoy curioseando por tu blog y me ha llamado la atención este post porque planteas un tema que me parece muy importante.


Yo tampoco sé cómo lo harían en las tribus, bueno sí, en muchas tribus hay una autoridad jerárquica ya sea matriarcal o patriarcal y toda el grupo se ordena conforme a las reglas implícitas o explícitas del grupo. No existe la propiedad privada ni el concepto de “privado” tal y como lo entendemos los occidentales.

Nuestra sociedad funciona en base a pequeñas tribus, como tú dices. En tu caso personal, lo has descrito correctamente, es como si dos tribus convivieran en el mismo territorio o más concreatmente en el territorio de una de las dos con toda la fricción que eso originaría.

Es verdad que pueden ser necesarias más de dos personas (padre y madre) para criar a un niño, pero tal vez se ha sobrevalorado e idealizado en nuestro entorno los beneficios de la tribu sin tener en cuenta que como concepto, será necesario adaptarlo a nuestra mente occidental y a nuestra sociedad.
Intentando realizar esa adaptación, podríamos decir que se puede ser social dentro de la tribu pero dentro de cada chabola estarían las costumbres de cada familia. En vuestro caso sería que tenéis que vivir bajo las reglas de la casa de tus padres, pero en vuestro "dormitorio" (o habitación que os hayan asignado) mandáis vosotros. Y dentro de vuestro “dormitorio” no sólo estarían vuestras relaciones íntimas,  también irían incluídas vuestras conversaciones, planes presentes y futuros, vuestras decisiones en torno a cómo criar y educar a vuestra hija y todo aquello que sea característico de vuestra familia y que queráis preservar como tal.

El hecho de que viváis con otra familia en la misma casa no significa que os tengáis que fusionar con ellos y dejar de lado vuestra idiosincrasia familiar para asumir la de ellos.

Una cosa es que vosotros viváis en casa de los padres porque sois adolescentes y estáis bajo su tutela y otra muy distinta es que como adultos volváis a casa por un tiempo. Tendríais que tener una reunión en la que pactar límites claros entre su familia, la vuestra, espacios comunes y separados, límites que no han de traspasarse, lo que supone la jerarquía en vuestras relaciones. Igual que una reunión de empresa, pero en la familia.

El que estéis en su casa no valida el que os traten como a “hijos” ya que vosotros sois padres. Tenéis que poneros en vuestro sitio como adultos, como padres y responsables de vuestra hija y ellos en el suyo, como abuelos, todo ello desde la asertividad y tratando de que no se lo tomen como una afrenta.

En nuestra sociedad se tiende mucho a meter la nariz en la olla ajena, y si está la olla muy próxima, pues más. El que viváis en casa de otras personas no les da autorización para tomar el mando de la familia, de la suya y la vuestra, como si fuera una sola. La única autorización que tienen es la que vosotros de forma implícita les estáis dando. A no ser que fuera por fuerza mayor y fuera algo pactado entre todos. Y que sean tus padres no les da más derechos que si fuera que estáis viviendo en casa de unos amigos. No en lo que se refiere a lo singular de vuestra familia.

Si estos límites no se pactan y no son claros, es inviable vivir en casa ajena. Sólo dará lugar a sufrimiento.

Claro que es importante la tribu, siempre y cuando no se metan donde no se tienen que meter.

Espero haber clarificado un poquito el tema.

Un saludo!


Mónica Alvarez

Psicóloga, Terapeuta de Pareja y Familia.



2 comentarios:

  1. Mónica, paso a agradecerte tu comentario en mi blog.

    Lo aprecio mucho y sí, es muy claro lo que explicas. Veremos cómo evoluciona esta situación.

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  2. Totalmente de acuerdo contigo Mónica.
    Besos
    Azu

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